Yo no fui lo suficientemente valiente para proteger a Ledisia. Prometí que la protegería, ¡pero fallé!
Comencé a llorar, no pude evitarlo. ¡Me sentía tan cansado! ¡Tan cansado! Quiero irme a casa. No quiero estar más aquí
¡Joseph! Escuché que Ledisia me llamaba, y vi que el Duende estaba en el suelo inconsciente.
Gracias, Joseph. Si no fuera por ti, no me habría atrevido a salir a buscar la moneda. Me dijo Ledisia sonriendo y entre algunos sollozos.
Yo solía pensar que Ledisia era una pobre niña. El tío Avery era muy ocupado con su trabajo para brindarle compañía. Parecía una llorona que necesitaba protección.
Ahora veo que Ledisia es mucho más valiente y más fuerte que yo. Es por eso que el tío Avery decía que está orgulloso de su buena hija.
¡Mira! Ella señaló hacia detrás de la colina donde se juntaban las Bestias Clonadas de Rabos Cortados. De hecho, el vapor salía de la Cantera No. 5.
El Tío Ash nos sacó de los huevos de araña, y le quitamos la llave de la caja de madera al Duende, que estaba inconsciente.
La caja de madera contenía el tesoro del Duende: dos monedas del Conejo Gomita.
Después, Ledisia y yo nos volvimos miembros oficiales del Club de Fans del Conejo Gomita. Pero Ledisia se distanció ...
Quizás mi mayor rival por sus sentimientos era el capitán del Club de Fans del Conejo Gomita...
Un día, le probaré a Ledisia que yo soy el único hombre que la puede proteger.