Carso tomó la decisión de conquistar este nuevo mundo. Todas las criaturas habrían de someterse a su poder absoluto. Todos temblarían, despavoridos, ante su poderío.
¿Y qué puede causar más terror que una pequeña masacre? Carso sonrió a las criaturas de las Llanuras.
Había llegado el momento de hacerles saber que su mundo tenía un nuevo y cruel amo.