Kukuryu había sido un mago brujo poderoso y bien respetado entre los clanes de los Duendes.
Después de nacer, nada más podía comer restos de cadáveres podridos, lo cual causó que tuviera un cuerpo frágil. Los Duendes Enfermos Traviesos lo bromeaban a menudo. Sin amigos, vivía sólo.
Un día, los Duendes Enfermos que lo bromeaban lo dejaron caerse de un acantilado accidentalmente. Cuando perdió la energía para tratar de sobrevivir, un mago brujo que pasaba lo rescató, y fue así que comenzó su larga relación con la brujería.
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Una vez fuera de su aldea, Kukuryu y el mago brujo se escondieron en las montañas, no lejos de la Aldea Tribal Duende.
Cuando el mago brujo supo de la vida trágica de Kukuryu, decidió transferirle toda la sabiduría que había acumulado durante su vida. Kukuryu era muy trabajador, y prometió volver un día a su aldea para ayudar al clan Duende.