Al inicio la gente ignorante fue muy hostil con el Jerarca. Sin embargo, el Jerarca utilizó el incienso y moviendo el ornamento se comunicó con todos sin decir una palabra.
Rápidamente todos dejaron de lado sus prejuicios y aceptaron al Duende Jerarca con sus corazones.
Siguiendo sus instrucciones, la gente de la ciudad se fue a la Montaña León del Norte y juntaron huevos de hormiga.
*Por favor, vuelve a leer este libro y a reportarte conmigo cuando hayas concluido la misión
Regresaron con los huevos de hormigas. Luego, exprimieron el jugo de los huevos en jarras.
El Jerarca le dijo a todos que pusieran aceite en sus cuerpos después que se ducharan con el jugo de los huevos esa noche y que no se enjuagaran después de ducharse por un día y una noche.