Por fin estoy a punto de convertirme en el oso meloso con el que he soñado por años. ¡Ahora puedo comer toda la miel que quiera!
Sin embargo, cada vez tengo menos conciencia humana. ¿Es esta la consecuencia de hacer un trato con el demonio?
(Pasas a la última página del diario y decides ir a buscar un poco de miel).
La miel se ve dulce y deliciosa, pero aun así, no me gustaría convertirme en un oso meloso que come miel hasta llenarse.