No se me ocurre otra manera que no sea la más difícil.
Creo que el cabecilla de los Duendes Enmascarados es el responsable por esto. Tal vez deberíamos matarlo para acabar con esta hechicería de una vez por todas.
Si no más tarde o más temprano habrá otra aldea como esta. No me puedo imaginar siendo un Duende...
El cabecilla debe estar escondiéndose en algún lugar de Ciudad Nombardi. ¡Encuéntrenlo y mátenlo!
Ahora va a ser imposible que recupere el dinero de mi padre. Pero si le cuento que su pariente lejano se transformó en Duende, no me lo va a creer.
Es probable que me dé unos puñetazos y que me acuse de haber tomado su dinero.
Esto va mucho más allá del uso de la razón. Hasta a mi me cuesta trabajo creerlo.